Dificultades en el pensamiento crítico y su relación con el bajo rendimiento escolar de los estudiantes del octavo grado de educación básica

 

Difficulties in critical thinking and their relationship with the low academic performance of eighth grade basic education students

 

Jenny Priscila Real Vinueza1 y Lurdes Elizabett Grandes Naranjo2

1Universidad de Guayaquil, jennyreal2020@yahoo.com, https://orcid.org/0009-0000-7911-8535, Ecuador

2Universidad Técnica Particular de Loja, lurdesgrandes@yahoo.com, https://orcid.org/0009-0002-6475-5085, Ecuador

 

 

Información del Artículo

 

RESUMEN

 

 

Trazabilidad:

Recibido 12-04-2025

Revisado 13-04-2025

Aceptado 26-04-2025

 

 

El presente estudio considera como objetivo principal analizar las dificultades del pensamiento crítico y su influencia en el bajo rendimiento escolar de los estudiantes de octavo grado de la Unidad Educativa Fiscal Luis Pauta Rodríguez de Guayaquil, Ecuador, considerando que muchos estudiantes presentan dificultades al momento de desarrollar procesos de análisis críticos que permitan comprender no solo la información que existe en el entorno, sino también valorar su veracidad. Este estudio se desarrolló a partir de un estudio de tipo cuantitativo, alcance descriptivo y diseño no experimental. La población de estudio integró a 60 estudiantes de la Institución antes indicada, los mismos que fueron seleccionados a través de criterios de inclusión y exclusión. La muestra seleccionó a toda la población debido a su accesibilidad. Se aplicó una encuesta integrada por 10 ítems. Los resultados evidenciaron que las falencias más significativas respecto al pensamiento crítico de los estudiantes se asocian a la dificultad para identificar la idea principal, la falta de cuestionamiento de la información, la dificultad para organizar ideas y la repetición sin análisis, lo cual ha influido de forma significativa en su rendimiento académico.

 

Palabras Clave:

Pensamiento crítico

Rendimiento escolar

Educación básica

Guayaquil

 

 

Keywords:

Critical thinking

School performance

Basic education

Guayaquil.

 

 

ABSTRACT

The main objective of this study was to analyze the difficulties in critical thinking and their influence on the low academic performance of eighth-grade students at Unidad Educativa Fiscal Luis Pauta Rodríguez in Guayaquil, Ecuador. It was observed that many students face challenges when engaging in critical analysis processes that would allow them not only to understand the information in their environment but also to assess its truthfulness. This research followed a quantitative approach, with a descriptive scope and a non-experimental design. The study population consisted of 60 students from the aforementioned institution, selected through inclusion and exclusion criteria. The entire population was used as the sample due to its accessibility. A survey comprising 10 items was applied. The results revealed that the most significant deficiencies in students' critical thinking were related to the difficulty in identifying the main idea, lack of questioning of information, difficulty organizing ideas, and mere repetition without analysis, all of which have had a significant impact on their academic performance.

 

 

 

INTRODUCCIÓN

 

El pensamiento crítico es una capacidad cognitiva que permite a los individuos analizar, evaluar y reflexionar sobre la información para tomar decisiones fundamentadas (Chero et al., 2025). Este tipo de pensamiento es esencial para el aprendizaje autónomo y la resolución de problemas, ya que involucra el uso de razonamiento lógico y la identificación de sesgos y falacias en la información recibida (Benavides & Ruíz, 2022). A través del pensamiento crítico se puede fortalecer la capacidad de interpretar y evaluar argumentos de manera efectiva, lo que es crucial en contextos educativos y profesionales (Landeo, 2022). Por tanto, el desarrollo del pensamiento crítico no solo mejora la comprensión académica, sino que también refuerza la capacidad de los individuos para enfrentar desafíos complejos en su vida diaria.

Un aspecto clave del pensamiento crítico es la habilidad para cuestionar la información y las fuentes de manera activa; los individuos que poseen pensamiento crítico tienden a ser más reflexivos en la evaluación de las ideas, evitando aceptar la información tal como se presenta (Soto & Chacón, 2022). Esto incluye la capacidad de reconocer prejuicios o subjetividades en las fuentes y de discernir entre hechos y opiniones (Muñoz et al., 2023). La evaluación de evidencias también es central al pensamiento crítico, ya que permite a los individuos validar las afirmaciones con base en datos confiables y argumentos bien construidos.

Otro aspecto fundamental del pensamiento crítico es la habilidad de formular juicios basados en el análisis lógico. El pensamiento crítico implica una estructura metódica que guía el proceso de toma de decisiones, permitiendo identificar las posibles consecuencias de diferentes acciones o ideas (Pérez & Severiche, 2023). Además, es un proceso que requiere un pensamiento sistemático y organizado, evitando saltar a conclusiones precipitadas (Landeo, 2022). Esta habilidad es esencial en el contexto educativo, donde los estudiantes deben evaluar múltiples perspectivas y generar conclusiones basadas en evidencias.

La motivación para cuestionar y explorar nuevas ideas es una característica clave de los pensadores críticos; esta disposición incluye la apertura a modificar sus puntos de vista cuando se les presenta nueva información, así como el compromiso con la autorregulación cognitiva (Muñoz et al., 2023). En este sentido, la disposición crítica también implica un grado de humildad intelectual, donde los individuos aceptan sus propias limitaciones cognitivas y buscan la mejora continua.

El entorno educativo y los métodos pedagógicos tienen una gran influencia en el desarrollo del pensamiento crítico; los estudiantes que se exponen a métodos de enseñanza activa, como el aprendizaje basado en problemas, tienden a desarrollar habilidades críticas más sólidas (Pérez & Severiche, 2023). Los entornos que promueven el debate y la discusión entre estudiantes favorecen el intercambio de ideas, lo que enriquece el proceso de aprendizaje crítico; sin embargo, los sistemas educativos tradicionales que priorizan la memorización sobre el análisis suelen limitar el desarrollo del pensamiento crítico en los estudiantes.

Otro factor que influye en el desarrollo del pensamiento crítico es el acceso a recursos tecnológicos y educativos; los estudiantes que tienen acceso a tecnologías educativas, como plataformas de aprendizaje interactivo, desarrollan habilidades críticas de manera más eficiente (Rivero et al., 2023). La tecnología no solo proporciona acceso a múltiples fuentes de información, sino que también permite a los estudiantes experimentar con el aprendizaje autónomo, un componente esencial del pensamiento crítico (Chero et al., 2025). Además, la retroalimentación de los profesores también es fundamental para guiar el desarrollo de estas habilidades.

En conclusión, el pensamiento crítico es una habilidad compleja que involucra la evaluación activa, el análisis lógico y la disposición hacia la reflexión y el aprendizaje continuo. Su desarrollo está influenciado por el entorno educativo y el acceso a recursos tecnológicos que promuevan el aprendizaje autónomo y el análisis profundo de la información. Fomentar el pensamiento crítico desde una edad temprana es crucial para preparar a los estudiantes para enfrentar los desafíos del mundo moderno.

Por su parte, el rendimiento escolar es un indicador clave del proceso educativo que refleja el nivel de conocimiento, habilidades y competencias adquiridas por los estudiantes en relación con los objetivos curriculares (Cruz et al., 2022). El rendimiento escolar se evalúa a través de pruebas y calificaciones que proporcionan una medida objetiva de la competencia académica de los estudiantes (Vera, 2022). Además, se considera un factor determinante en el desarrollo socioeconómico de los estudiantes, ya que influye en sus oportunidades futuras en el mercado laboral. La investigación reciente también destaca que el rendimiento escolar está influenciado por variables individuales, familiares y escolares.

Uno de los principales aspectos que caracterizan el rendimiento escolar es la capacidad cognitiva del estudiante; estudiantes con habilidades cognitivas más desarrolladas suelen tener un mejor rendimiento académico, ya que poseen mayor capacidad para comprender y retener la información presentada en el aula (Henriquez et al., 2022). En este contexto, la motivación intrínseca es un factor clave que impulsa el aprendizaje autónomo, lo que contribuye al éxito académico (Herrera et al., 2023). Por otro lado, la habilidad para gestionar el tiempo y los recursos disponibles también juega un papel importante en el rendimiento escolar, permitiendo a los estudiantes cumplir con los plazos y prepararse adecuadamente para las evaluaciones.

El entorno familiar es otro factor determinante en el rendimiento escolar; los estudiantes que provienen de familias con un ambiente educativo favorable, donde se valoran la educación y el esfuerzo académico, tienden a obtener mejores resultados (Pilligua et al., 2024). El apoyo emocional y el acompañamiento en el proceso educativo son cruciales para fomentar un rendimiento positivo (Carballo, 2023). Asimismo, las expectativas familiares altas suelen motivar a los estudiantes a esforzarse más y alcanzar mayores logros académicos.

El contexto escolar también influye significativamente en el rendimiento; la calidad de la enseñanza y el uso de recursos pedagógicos adecuados son esenciales para mejorar el desempeño académico de los estudiantes (Santillán & Vargas, 2022). La relación entre estudiantes y profesores, así como el clima escolar, juegan un papel fundamental en la creación de un ambiente propicio para el aprendizaje (Pincay et al., 2024). La implementación de programas de apoyo académico, como tutorías o intervenciones personalizadas, ha demostrado ser efectiva en la mejora del rendimiento escolar.

El bajo rendimiento escolar puede estar influenciado por varios factores, como el estrés académico y la falta de motivación; los estudiantes que experimentan altos niveles de estrés debido a la presión académica tienden a tener un desempeño académico deficiente (Suárez & Castro, 2022). Además, la falta de interés en las materias escolares y la ausencia de motivación intrínseca pueden afectar negativamente el rendimiento (Morales, 2022). Por otra parte, el cansancio mental y físico derivado de una mala gestión del tiempo o de una carga académica excesiva puede llevar al agotamiento y, por ende, a un bajo rendimiento.

Otro factor que influye en el bajo rendimiento escolar es el acceso limitado a recursos educativos; los estudiantes que no tienen acceso a materiales didácticos adecuados, como libros de texto o tecnologías educativas, enfrentan dificultades adicionales para alcanzar los objetivos académicos (Colunga et al., 2021). A esto se suma la influencia de un entorno socioeconómico desfavorable, donde la falta de recursos básicos, como alimentación y vivienda adecuada, puede impactar negativamente en el desempeño escolar (Cruz et al., 2022). Finalmente, la inestabilidad familiar y la falta de apoyo emocional también son factores que pueden desencadenar un bajo rendimiento académico.

En conclusión, el rendimiento escolar es un fenómeno multidimensional influenciado por factores cognitivos, familiares, escolares y socioeconómicos. Los estudiantes que cuentan con un ambiente educativo favorable, tanto en el hogar como en la escuela, tienen más probabilidades de obtener mejores resultados académicos. Sin embargo, aquellos que enfrentan dificultades como el estrés, la falta de recursos y la inestabilidad familiar pueden experimentar un bajo rendimiento escolar. Por lo tanto, es esencial que los sistemas educativos adopten enfoques integrales que aborden estas problemáticas para garantizar una educación equitativa y de calidad.

Se podría decir entonces que el pensamiento crítico es una habilidad fundamental para la vida académica y personal de los estudiantes, ya que les permite analizar, evaluar y tomar decisiones informadas frente a diferentes situaciones (Landeo, 2022). El pensamiento crítico encuentra una estrecha relación con el desempeño académico, ya que involucra competencias transversales que mejoran la capacidad de resolución de problemas y la toma de decisiones fundamentadas (Benavides & Ruíz, 2022). De esta forma, las habilidades de pensamiento crítico permiten a los estudiantes afrontar desafíos académicos complejos de manera más efectiva.

El desarrollo del pensamiento crítico en la educación básica es crucial, ya que es en esta etapa donde los estudiantes forman las bases para su aprendizaje futuro (Soto & Chacón, 2022). La educación básica debe enfocarse en fomentar el pensamiento crítico para preparar a los estudiantes para enfrentar problemas académicos y personales con autonomía (Muñoz et al., 2023). Muchos programas educativos que integran actividades de pensamiento crítico han demostrado un impacto positivo en el rendimiento académico a largo plazo

La falta de pensamiento crítico en los estudiantes tiene una relación directa con el bajo rendimiento escolar (Pérez & Severiche, 2023). Los estudiantes que no han desarrollado estas habilidades presentan mayores dificultades para comprender y aplicar conceptos, lo que repercute negativamente en su desempeño académico (Saiz et al., 2021). Un limitado desarrollo del pensamiento crítico puede limitar la capacidad de los estudiantes para resolver problemas, lo que se traduce en un menor rendimiento escolar.

Factores como el entorno socioeconómico, el acceso a recursos educativos y la motivación personal también influyen en la falta de desarrollo del pensamiento crítico (López et al., 2021). Muchos estudiantes que provienen de entornos con recursos limitados o sistemas educativos poco efectivos tienden a presentar mayores dificultades en la adquisición de estas habilidades (Tapia & Castañeda, 2021). Esto puede asociarse a la falta de apoyo emocional y de motivación en el hogar llegando a agravar significativamente este problema.

En el contexto de los estudiantes de educación básica superior, la falta de pensamiento crítico es especialmente preocupante ya que muchos de ellos no logran desarrollar habilidades críticas debido a la estructura tradicional de enseñanza, que sigue priorizando la memorización sobre el análisis (Rivero et al., 2023). Sin un enfoque más centrado en la enseñanza del pensamiento crítico, los estudiantes están menos preparados para enfrentar los desafíos académicos en niveles superiores.

Asociado a lo explicado, los estudiantes de octavo grado de la Unidad Educativa Fiscal Luis Pauta Rodríguez de Guayaquil, Ecuador, se han identificado varias dificultades que afectan su rendimiento escolar, especialmente en la relación entre el pensamiento crítico y su capacidad para afrontar desafíos académicos. Tomando en cuenta la problemática indicada, se diseña el presente estudio con el objetivo de analizar las dificultades del pensamiento crítico y su influencia en el bajo rendimiento escolar de los estudiantes de octavo grado de la Unidad Educativa Fiscal Luis Pauta Rodríguez de Guayaquil, Ecuador.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

 

Se implementó una metodología cuantitativa direccionada a una recolección y análisis más eficiente de los datos. Así también, se indicó un alcance descriptivo que permitió realizar un detalle de la información presentada, facilitando interpretación al momento de su procesamiento. El diseño no experimental garantizó la toma puntual de la información evitando la manipulación de las variables de estudio, evidenciando la realidad de un contexto educativo en un momento determinado. La población integró un total 60 estudiantes que se seleccionaron a partir de criterios de inclusión y exclusión.

 

Criterios de inclusión

Estudiantes de octavo año de educación básica

Estudiantes con asentimiento informado

 

Criterios de exclusión

Estudiantes con dificultades de salud que limiten su participación

Estudiantes con necesidades educativas especiales

 

Considerando lo expuesto, la muestra tomó toda la población de estudio al ser altamente accesible para su abordaje empírico. Para la recolección de datos se aplicó una encuesta integrada por 10 ítems basados en una escala de Likert de frecuencia. El proceso de análisis a llevarse a cabo fue descriptivo optimizando su análisis y posterior discusión.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

 

Los resultados obtenidos mediante la encuesta aplicada se describen en los siguientes párrafos.

1.       Me cuesta expresar mis ideas de forma clara y razonada.

 

Tabla 1: Dificultad para expresar ideas

 

Alternativa

Frecuencia

Porcentaje

Siempre

8

13,3%

Casi siempre

10

16,7%

A veces

18

30,0%

Casi nunca

14

23,3%

Nunca

10

16,7%

Total

60

100,0%

 

El 13,3% de los estudiantes indicó que "siempre" tiene dificultades para expresar sus ideas, mientras que el 16,7% lo señaló como algo que ocurre "casi siempre". Un 30,0% expresó que esta dificultad ocurre "a veces", el 23,3% respondió "casi nunca", y el 16,7% mencionó que "nunca" presenta esta dificultad. La tendencia se orienta hacia una percepción moderada del problema, con una distribución equilibrada entre quienes lo experimentan ocasionalmente y quienes no lo perciben con frecuencia.

2.       Cuando leo un texto, tengo dificultad para identificar la idea principal.

 

Tabla 2: Dificultad para identificar la idea principal

 

Alternativa

Frecuencia

Porcentaje

Siempre

3

5,0%

Casi siempre

6

10,0%

A veces

10

16,7%

Casi nunca

20

33,3%

Nunca

21

35,0%

Total

60

100,0%

 

Solo el 5,0% de los estudiantes reportó que esta dificultad ocurre "siempre", y el 10,0% indicó que se presenta "casi siempre". El 16,7% la experimenta "a veces", mientras que un 33,3% señaló "casi nunca" y un 35,0% "nunca". En este ítem se evidencia una tendencia claramente negativa, ya que más de dos tercios de los estudiantes indicaron que casi nunca o nunca logran identificar con facilidad la idea principal de un texto.

3. Me resulta complicado encontrar diferentes soluciones a un problema.

Tabla 3: Dificultad para encontrar soluciones a un problema

 

Alternativa

Frecuencia

Porcentaje

Siempre

6

10,0%

Casi siempre

9

15,0%

A veces

20

33,3%

Casi nunca

13

21,7%

Nunca

12

20,0%

Total

60

100,0%

 

El 10,0% de los estudiantes respondió "siempre", y el 15,0% dijo "casi siempre". Un 33,3% declaró que esto le sucede "a veces", mientras que el 21,7% señaló "casi nunca" y el 20,0% "nunca". La tendencia general muestra una distribución amplia, aunque con un porcentaje considerable de estudiantes que manifiestan experimentar esta dificultad de forma esporádica o intermedia.

4.       No suelo cuestionar la información que recibo de los profesores o libros.

 

Tabla 4: Dificultad para cuestionar la información recibida 

 

Alternativa

Frecuencia

Porcentaje

Siempre

2

3,3%

Casi siempre

5

8,3%

A veces

11

18,3%

Casi nunca

22

36,7%

Nunca

20

33,3%

Total

60

100,0%

 

El 3,3% de los estudiantes afirmó que "siempre" evita cuestionar la información, el 8,3% lo hace "casi siempre", y el 18,3% lo hace "a veces". En contraste, un 36,7% indicó que "casi nunca" lo hace, mientras que el 33,3% respondió que "nunca" cuestiona dicha información. Este ítem muestra una clara tendencia negativa, ya que un alto porcentaje de estudiantes evita ejercer el pensamiento crítico al aceptar la información sin cuestionarla.

5.       En clase, me cuesta relacionar lo que aprendo con situaciones de la vida real.

 

Tabla 5: Dificultad para relacionar lo aprendido con la vida real

 

Alternativa

Frecuencia

Porcentaje

Siempre

5

8,3%

Casi siempre

10

16,7%

A veces

21

35,0%

Casi nunca

12

20,0%

Nunca

12

20,0%

Total

60

100,0%

 

Un 8,3% de los estudiantes respondió "siempre", un 16,7% lo hace "casi siempre", y el 35,0% reportó que le sucede "a veces". Por otro lado, el 20,0% indicó "casi nunca" y otro 20,0% "nunca". La tendencia en este caso refleja una percepción intermedia, con una mayoría que identifica esta dificultad de forma ocasional, sin que predominen ni los extremos positivos ni negativos.

6.       Me siento inseguro/a al compartir mis opiniones en grupo o frente a la clase.

 

Tabla 6: Inseguridad para compartir opiniones

 

Alternativa

Frecuencia

Porcentaje

Siempre

7

11,7%

Casi siempre

8

13,3%

A veces

19

31,7%

Casi nunca

15

25,0%

Nunca

11

18,3%

Total

60

100,0%

El 11,7% de los estudiantes expresó sentirse inseguro "siempre", el 13,3% "casi siempre", y un 31,7% lo manifestó "a veces". En comparación, el 25,0% respondió "casi nunca", y el 18,3% "nunca". La tendencia general sugiere que la inseguridad al compartir ideas es una dificultad presente, aunque no generalizada, con una distribución hacia la zona media de la escala.

7.       Tengo dificultad para organizar mis ideas antes de escribir un trabajo.

 

Tabla 7: Dificultad para organizar ideas antes de escribir

 

Alternativa

Frecuencia

Porcentaje

Siempre

4

6,7%

Casi siempre

6

10,0%

A veces

8

13,3%

Casi nunca

20

33,3%

Nunca

22

36,7%

Total

60

100,0%

 

El 6,7% de los estudiantes dijo que "siempre" tiene esta dificultad, mientras que el 10,0% indicó "casi siempre". El 13,3% afirmó que le sucede "a veces", y un 33,3% "casi nunca", mientras que el 36,7% respondió "nunca". Este ítem muestra una marcada tendencia negativa, evidenciando que una proporción significativa de estudiantes no logra estructurar sus ideas adecuadamente antes de redactar.

8.       Me es difícil identificar errores o contradicciones en lo que leo o escucho.

 

Tabla 8: Dificultad para identificar errores o contradicciones

 

Alternativa

Frecuencia

Porcentaje

Siempre

6

10,0%

Casi siempre

10

16,7%

A veces

20

33,3%

Casi nunca

14

23,3%

Nunca

10

16,7%

Total

60

100,0%

 

Un 10,0% de los estudiantes declaró que "siempre" presenta esta dificultad, el 16,7% lo hace "casi siempre", y el 33,3% indicó que ocurre "a veces". Por otro lado, el 23,3% respondió "casi nunca", y el 16,7% "nunca". Este ítem revela una tendencia ligeramente inclinada hacia la dificultad, aunque con un porcentaje importante de estudiantes que también reconoce no enfrentarse a este problema con frecuencia.

9.       Suelo repetir la información sin analizarla o entenderla profundamente.

 

Tabla 9: Repite sin analizar

 

Alternativa

Frecuencia

Porcentaje

Siempre

3

5,0%

Casi siempre

7

11,7%

A veces

10

16,7%

Casi nunca

19

31,7%

Nunca

21

35,0%

Total

60

100,0%

 

El 5,0% de los estudiantes indicó que "siempre" repite información sin analizarla, el 11,7% respondió "casi siempre", y el 16,7% señaló que lo hace "a veces". En contraste, un 31,7% dijo "casi nunca", y el 35,0% "nunca". Este ítem muestra una tendencia clara hacia la dificultad, con una mayoría de estudiantes reconociendo que recurren a la repetición sin comprensión como una práctica habitual.

10.    Siento que mis dificultades para pensar críticamente afectan mi rendimiento académico.

 

Tabla 10: Afectaciones del pensamiento crítico al rendimiento académico

 

Alternativa

Frecuencia

Porcentaje

Siempre

5

8,3%

Casi siempre

9

15,0%

A veces

22

36,7%

Casi nunca

13

21,7%

Nunca

11

18,3%

Total

60

100,0%

 

El 8,3% de los estudiantes respondió "siempre", el 15,0% "casi siempre", y el 36,7% "a veces". Por su parte, el 21,7% indicó "casi nunca", y el 18,3% "nunca". La tendencia en este ítem refleja una percepción moderada del impacto del pensamiento crítico en el rendimiento escolar, con mayor concentración en las respuestas intermedias y leves.

La encuesta aplicada permitió identificar diversas dificultades en el desarrollo del pensamiento crítico entre los estudiantes de octavo grado de educación básica. Una de las áreas problemáticas más evidentes fue la identificación de la idea principal en los textos, lo cual es fundamental para la comprensión lectora. Esta dificultad impide que los estudiantes puedan construir significados profundos a partir de la información que leen, limitando su capacidad de análisis y síntesis.

Otra debilidad importante se relacionó con la ausencia de cuestionamiento ante la información recibida en el entorno escolar. Muchos estudiantes tienden a aceptar sin reflexión lo que se les presenta como verdad, ya sea por falta de herramientas para dudar o por una cultura educativa que no promueve el pensamiento autónomo. Esto obstaculiza el desarrollo de una postura crítica frente al conocimiento.

También se evidenció que organizar las ideas antes de realizar tareas escritas representa un desafío considerable para una parte significativa del grupo. Esta dificultad no solo afecta la calidad de sus producciones escritas, sino que también refleja una debilidad en la planificación del pensamiento, una habilidad esencial para argumentar con claridad y coherencia. El hábito de repetir información sin analizarla fue otro de los aspectos críticos detectados. Esta práctica pone en evidencia un enfoque memorístico del aprendizaje que no favorece el desarrollo del juicio ni la capacidad de evaluación. Los estudiantes que adoptan esta estrategia tienden a tener dificultades para transferir el conocimiento a nuevas situaciones o contextos.

Aunque en otros ítems los resultados fueron más equilibrados, también se observaron señales de inseguridad al momento de expresar opiniones en público. Esta barrera emocional puede limitar la participación en clase y cohibir la exploración de ideas propias, lo cual es fundamental para el pensamiento crítico y la construcción de argumentos personales. En cuanto a la expresión oral y escrita de ideas, muchos estudiantes demostraron cierta dificultad para comunicar de manera clara y razonada. Esta situación podría deberse a la falta de ejercicios sistemáticos de argumentación o al escaso uso de estrategias metodológicas centradas en la comunicación crítica en el aula.

Se identificó también que una proporción de estudiantes encuentra complicado generar soluciones alternativas ante un problema. Esta limitación podría estar asociada a la falta de entrenamiento en el pensamiento divergente o a la escasa promoción de actividades que fomenten la creatividad y la toma de decisiones informadas. Otra dificultad presente, aunque en menor grado, fue la incapacidad para relacionar los contenidos escolares con situaciones de la vida cotidiana. Esto sugiere una desconexión entre el conocimiento académico y el entorno social de los estudiantes, lo cual reduce la funcionalidad del aprendizaje y limita su motivación intrínseca.

Del mismo modo, se reportaron dificultades para reconocer errores o contradicciones en lo que se escucha o lee. Esta habilidad es clave para desarrollar un pensamiento crítico sólido, ya que implica atención, análisis y una actitud activa ante la información, aspectos que necesitan ser fortalecidos desde la práctica pedagógica. Finalmente, los estudiantes perciben que estas dificultades tienen un impacto en su rendimiento académico. Esto denota una conciencia sobre la importancia del pensamiento crítico para alcanzar mejores resultados escolares, lo que representa un punto de partida positivo para intervenir desde la orientación educativa y las estrategias didácticas.

 

CONCLUSIÓN

 

La presente investigación permitió evidenciar que los estudiantes de octavo grado de educación básica presentan importantes dificultades en el desarrollo del pensamiento crítico, las cuales impactan directamente en su rendimiento académico. Mediante la aplicación de un instrumento con escala de Likert, se identificaron patrones de comportamiento y actitudes que revelan limitaciones en habilidades como la identificación de ideas principales, la organización de pensamientos, el cuestionamiento de la información y la generación de soluciones alternativas.

Uno de los hallazgos más relevantes fue la tendencia de los estudiantes a adoptar una actitud pasiva frente al conocimiento, reflejada en la aceptación de información sin análisis previo. Esta característica pone de manifiesto la urgencia de transformar las metodologías de enseñanza, promoviendo espacios de reflexión, debate y argumentación que permitan a los estudiantes desarrollar una postura crítica frente a lo que leen, escuchan o producen. La educación actual debe orientarse hacia la formación de individuos capaces de pensar por sí mismos y actuar con responsabilidad intelectual.

Asimismo, se constató que la organización de ideas antes de redactar textos representa una barrera significativa para muchos estudiantes. Esta limitación no solo perjudica su desempeño en asignaturas como Lengua y Literatura, sino que también obstaculiza su capacidad de razonamiento lógico y resolución de problemas en otras áreas del currículo. Estos resultados sugieren la necesidad de implementar estrategias didácticas que fortalezcan la planificación y estructuración del pensamiento desde las primeras etapas de la escolarización.

Otro aspecto crítico detectado fue el uso de la repetición mecánica como mecanismo de aprendizaje. Esta práctica, común en contextos educativos tradicionales, demuestra una desconexión entre la memorización de contenidos y la comprensión significativa de los mismos. El pensamiento crítico requiere de análisis, evaluación y síntesis, habilidades que deben ser trabajadas de manera intencionada y sostenida dentro del aula, utilizando métodos activos y participativos.

Finalmente, el reconocimiento por parte de los propios estudiantes de que estas dificultades inciden en su bajo rendimiento escolar representa un elemento esperanzador. Este nivel de conciencia permite plantear procesos de intervención pedagógica centrados en el fortalecimiento de las habilidades cognitivas superiores, con el propósito de mejorar tanto los aprendizajes como la autonomía del estudiante en su proceso formativo. La escuela, como espacio formador, tiene la responsabilidad de crear las condiciones necesarias para que el pensamiento crítico florezca y se convierta en una herramienta para la vida.

En cuanto a futuras investigaciones, se recomienda profundizar en el análisis de los factores contextuales, familiares y emocionales que inciden en el desarrollo del pensamiento crítico en los estudiantes. Además, sería pertinente diseñar y evaluar programas específicos de intervención didáctica orientados al fortalecimiento de esta competencia, enmarcados dentro de la línea de investigación “Procesos Cognitivos y Rendimiento Escolar”. Estos estudios permitirán no solo ampliar el conocimiento sobre la problemática abordada, sino también generar propuestas concretas que contribuyan a una educación más crítica, reflexiva y transformadora.

 

REFERENCIAS

 

Benavides, C., & Ruíz, A. (2022). El pensamiento crítico en el ámbito educativo: una revisión sistemática. Revista Innova Educación, 4(2), 62–79. https://doi.org/10.35622/j.rie.2022.02.004

Carballo, B. (2023). Factores académicos y familiares que afectan el rendimiento escolar en bachilleres mexicanos. Revista Latinoamericana Ogmios, 3(7), 52–61. https://doi.org/10.53595/rlo.v3.i7.066

Chero, Y. A., Moreno, P. J., Saldaña, H. J., & Nina-Cuchillo, E. E. (2025). Impacto del aula invertida en el pensamiento crítico de estudiantes en una universidad privada de Lima (Perú). Formación Universitaria, 18(2), 11–24. https://doi.org/10.4067/s0718-50062025000200011

Colunga, C., Ángel, M., Vázquez, J. C., Vázquez, C. L., & Colunga, B. A. (2021). Relación entre ansiedad y rendimiento académico en alumnado de secundaria. Revista de Estudios e Investigación En Psicología y Educación, 8(2), 229–241. https://doi.org/10.17979/reipe.2021.8.2.8457

Cruz, L. M., Placencia, M. D., Saavedra, C. A., & Tipula, M. A. (2022). Somnolencia diurna y calidad de sueño en el rendimiento escolar de adolescentes de una institución educativa estatal. Anales de La Facultad de Medicina, 82(4). https://doi.org/10.15381/anales.v82i4.20409

Henriquez, M., Zapata, R., Ibarra, J., Sepúlveda, S., Martinez, L., & Cigarroa, I. (2022). Asociación entre problemas de sueño y rendimiento escolar: Resultados de la encuesta de salud y rendimiento escolar de la provincia del Biobío 2018. Andes Pediatrica, 93(2), 235. https://doi.org/10.32641/andespediatr.v93i2.3734

Herrera, M. del C., Díaz, A. E., & Ludeña, M. P. (2023). Efectos del Bullying en el bajo rendimiento escolar en los estudiantes ecuatorianos: una revisión documental. MENTOR Revista de Investigación Educativa y Deportiva, 2(4), 41–52. https://doi.org/10.56200/mried.v2i4.5309

Landeo, G. R. (2022). Desarrollo del pensamiento crítico de los estudiantes a partir del aprendizaje basado en problemas: una revisión sistemática. LATAM Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales y Humanidades, 3(2), 132–144. https://doi.org/10.56712/latam.v3i2.70

López, C., Flores, R., Galindo, A., & Huayta, Y. (2021). Pensamiento crítico en estudiantes de educación superior: una revisión sistemática. Revista Innova Educación, 3(2), 374–385. https://doi.org/10.35622/j.rie.2021.02.006

Morales, F. A. (2022). Factores asociados al rendimiento escolar para el nivel de educación secundaria en Hidalgo, México. Pädi Boletín Científico de Ciencias Básicas e Ingenierías Del ICBI, 9(18), 113–121. https://doi.org/10.29057/icbi.v9i18.8055

Muñoz, A., Fandiño, Y. J., & López, R. A. (2023). Percepciones y experiencias educativas en formación docente y pensamiento crítico. Revista Educación y Ciudad, 45, e2872. https://doi.org/10.36737/01230425.n45.2023.2872

Pérez, H., & Severiche, C. A. (2023). Desarrollo del pensamiento crítico, los procesos metacognitivos y motivacionales para una educación de calidad. Revista Latinoamericana Ogmios, 3(6), 113–118. https://doi.org/10.53595/rlo.v3.i6.058

Pilligua, J. J., Ramos, O. E., Suárez, B. L., Yánez, J. M., & Zambrano, N. M. (2024). El Entorno Familiar y su Influencia en el Rendimiento Escolar de los Estudiantes. Estudios y Perspectivas  Revista Científica y Académica, 4(1), 1060–1088. https://doi.org/10.61384/r.c.a..v4i1.147

Pincay, J. I., De Giusti, A. E., Sánchez, D. A., & Figueroa, J. A. (2024). CatBoost: Aprendizaje automático de conjunto para la analítica de los factores socioeconómicos que inciden en el rendimiento escolar. Revista Iberoamericana de Tecnología En Educación y Educación En Tecnología, 38, e3. https://doi.org/10.24215/18509959.38.e3

Rivero, P., Aso, B., & García, S. (2023). Progresión del pensamiento histórico en estudiantes de secundaria: fuentes y pensamiento crítico. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 25, 1–16. https://doi.org/10.24320/redie.2023.25.e09.4338

Saiz, C., Almeida, L. S., & Rivas, S. F. (2021). ¿Puede ser evaluado el pensamiento crítico de forma breve? Psico-USF, 26(spe), 139–148. https://doi.org/10.1590/1413-8271202126nesp13

Santillán, A. S., & Vargas, J. R. (2022). Trabajo infantil y rendimiento escolar en México. Problemas Del Desarrollo. Revista Latinoamericana de Economía, 53(208), 125–150. https://doi.org/10.22201/iiec.20078951e.2022.208.69734

Soto, D., & Chacón, J. (2022). Estrategias metodológicas para promover el pensamiento crítico en los estudiantes. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 6(3), 3006–3021. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i3.2434

Suárez, X., & Castro, N. (2022). Competencias socioemocionales y resiliencia de estudiantes de escuelas vulnerables y su relación con el rendimiento académico. Revista de Psicología, 40(2), 879–904. https://doi.org/10.18800/psico.202202.009

Tapia, M., & Castañeda, E. (2021). Percepción futurista sobre pensamiento crítico en la nueva era. Revista Innova Educación, 4(2), 45–61. https://doi.org/10.35622/j.rie.2022.02.003

Vera, L. V. (2022). Indicadores de influencia en el rendimiento escolar postpandemia. Social Innova Sciences, 3(3), 30–41. https://doi.org/10.58720/sis.v3i3.98